- Sector empresarial se pronuncia por hacer del agua una prioridad en la Zona Metropolitana PV-BB
- México es uno de los países con disponibilidad intermedia de agua.
- La región de Puerto Vallarta se ubica en estrés hídrico mediano 20 a 40%, hacia alto en los próximos años 80%.
En el marco del Día Mundial del Agua, la Asociación de Empresarios de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas (AEBBA) y el Observatorio Integral Turístico (OIT) de esta región, invitaron a empresarios y desarrolladores inmobiliarios a la conferencia “Riesgos y oportunidades en la gestión del agua y su influencia en el sector inmobiliario de la Zona Metropolitana Interestatal de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas”, impartida por el Dr. Bartolo Cruz Romero, profesor- investigador del Centro Universitario de la Costa (CUCosta) de la UdG.
En el encuentro participaron con mucho interés líderes representantes del sector empresarial de la región PV-BB, coincidiendo en la relevancia del tema y en colocar en la agenda regional el Agua como prioridad para alcanzar un verdadero desarrollo económico turístico e inmobiliario y social que aliente la sustentabilidad, la sostenibilidad y la resiliencia del destino en la primera región turística metropolitana de ámbito interestatal. Lo que representaría un positivo impacto que se sume y promueva un compromiso como país.
Desde lo global hasta lo regional fueron expuestos los datos relacionados con la situación actual del vital líquido y la disminución de este recurso; considerando que a nivel mundial el 97,5% es agua salada y el 2,5% agua dulce; de ésta el 69,7% está en glaciares, 30% en acuíferos y el 0,3% en ríos y arroyos. Pero tan solo el 0,007% es agua disponible para el consumo humano.
Canadá y Rusia son los países que poseen la mayor cantidad de este recurso natural; mientras México tiene una disponibilidad intermedia de agua, por lo que ya se comienza a experimentar estrés hídrico y sequías estacionarias en 15 estados en las zonas del Bajío, Centro y Norte del país, ubicándose en la escala de Severa a Extrema, como se indica en el ‘Monitor de Sequía de México’ (año 2021) de la Conagua. En particular, Jalisco está en la escala Extremadamente Alto y Nayarit en Medio Alto. Y se identifica a la región de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas en la categoría Moderada.
USOS Y APROVECHAMIENTO DEL AGUA EN PUERTO VALLARTA
Mientras se aprovechan los privilegios de Puerto Vallarta, con un ecosistema natural que incluye zona costera y montañas prominentes, también se vive con la influencia de los fenómenos que proporciona la montaña en la parte poblada de esta región. Pero reducir los impactos adversos que provengan desde esa zona, depende de la conservación de una cubierta vegetal y el respeto a los causes de ríos, pero principalmente que el municipio cuente con un instrumento de planeación y ordenamiento territorial.
El 90% de agua dulce disponible en Puerto Vallarta se utiliza en dos actividades económicas, el 65% en la agricultura y el 25% en el sector turístico. En tanto el 10% restante es destinado para el uso público, pecuario, industrial, doméstico y otros.
En el área de Puerto Vallarta, predomina la categoría de inestabilidad moderada, extendida en más de 45 mil hectáreas en el 68.5% del territorio, seguido de la categoría baja (18.7%) y la categoría alta (13.30%), esta última representa un riesgo para la población e infraestructura emplazada en dichas zonas, debido a que, durante el periodo de vida humano (75 años) existe la posibilidad que un evento de inestabilidad se desarrolle.
Recurrentes y notorios son los efectos de la degradación del ambiente: calles inundadas (Colonia Versalles), desbordamiento de los ríos (Cuale-Pitillal), caídas de infraestructura como puentes e incluso edificios (colonia centro), hasta deslizamientos de la montaña (Conchas Chinas).
La crisis asociada a la modificación del territorio, genera una menor capacidad de captación de agua y menor disponibilidad para los distintos sectores económicos de la región. El pronóstico es que está cerca el “día cero”, esto se refiere a un punto en que la demanda de agua potable es más alta que la cantidad disponible, lo que comprometerá el bienestar social y económico de la región.
LAS OPORTUNIDADES
Una de las oportunidades es establecer estrategias de manejo del agua y aplicar medidas de restauración en las riberas de nuestros ríos; implementar programas eficientes de reforestación en las montañas; adoptar seriamente la Agenda 2030 y los objetivos para el desarrollo sostenible propuestos por la ONU.
La caracterización del territorio en las variantes socioeconómico y ambiental; así como tener un conocimiento sobre la calidad, disponibilidad y distribución de los recursos, identificando las problemáticas y soluciones.
Contar con instrumentos de gestión de los recursos naturales, como el Plan de Ordenamiento, Ecológico y Territorial que tiene como objetivos zonificar la aptitud del territorio, las tendencias de deterioro de los recursos naturales, los servicios ambientales, los riesgos ocasionados por peligros naturales y la conservación del patrimonio natural.
Igualmente, tener el Cálculo de la Huella Hídrica como un indicador medioambiental que define el volumen total de agua dulce utilizado para producir los bienes y servicios que habitualmente consumimos, además se usa como una variable necesaria que indica el costo del agua para fabricar un producto.
Y un tercer instrumento son los estudios de Mitigación y Gestión del Riesgo Ambiental y Social que tienen como objetivo minimizar, mitigar y/o compensar impactos negativos en el medioambiente o en la comunidad.
LA RELEVANCIA DE CREAR EL PLAN DE ORDENAMIENTO ECOLÓGICO Y TERRITORIAL REGIONAL
Tener la posibilidad de gestionar de manera adecuada el territorio, procedimiento que permitirá reducir costos de mantenimiento, relacionados con el uso del agua y de la energía, motivando las actividades socioeconómicas sustentables y atendiendo los objetivos de la Agenda 2030 de la ONU.
El Dr. Jorge Villanueva anunció que en un próximo libro del Observatorio Integral Turístico se buscará ampliar la información para analizar y valorar la situación actual del agua no solo en Puerto Vallarta sino integrando al municipio de Bahía de Banderas, para hacer un cruce de datos con los existentes, y que permita ver el panorama regional completo para la formalización y crecimiento ordenado de la Zona Metropolitana Interestatal PV-BB.
Como invitados de AEBBA -OIT, estuvo también Miguel Tejeda Guillemín, Félix García Corral, Arnulfo Ortega, María Elena Barrera, Georgina Rodríguez Martínez, Marco Roberto Juárez, Carmina López y Arturo Cruz. Y por parte del CUCosta también estuvieron las investigadoras Karen Peña Joya y Eréndira Canales Gómez.
Indicadores de Oportunidad
La conferencia incorporó las líneas de oportunidad que están en la propuesta de una nueva agenda para acceder al mejoramiento del ambiente y los ecosistemas que forman las condiciones de vida y desarrollo de las comunidades locales y el turismo, a partir de un sano y sustentable manejo de la montaña, el cuidado de la bahía y la gestión responsable y sostenible de la naturaleza y el ambiente, donde el agua asume el papel protagónico como sustento de vida.
- Establecer estrategias de manejo del agua y aplicar medidas de restauración en las riberas de nuestros ríos.
- Implementar programas eficientes de reforestación en las montañas.
- El 90% de los daños por inestabilidad en laderas puede evitarse si el problema se identifica a tiempo y se aplican las medidas de control y prevención reduciendo hasta 200 veces las pérdidas económicas asociadas.
- Adoptar seriamente la Agenda 2030 y los objetivos para el desarrollo sostenible propuestos por la ONU.
- Plan de Ordenamiento, Ecológico y Territorial para zonificar la aptitud del territorio, las tendencias de deterioro de los recursos naturales, los servicios ambientales, los riesgos ocasionados por peligros naturales y la conservación del patrimonio natural.
- El cálculo de la huella hídrica, es un indicador medioambiental que define el volumen total de agua dulce utilizado para producir los bienes y servicios que habitualmente consumimos.
- La mitigación y gestión del riesgo ambiental y social para minimizar, mitigar y/o compensar impactos negativos en el medio ambiente o en la comunidad.
- Una buena planificación y ordenación territorial que mantenga, incremente y que no disminuya la plusvalía del sector inmobiliario.